Muy a menudo disculparse es realmente difícil, pero necesario. A veces las disculpas no son suficiente, pero otras veces, es lo único que se necesita, se puede decir que se tratan de unas palabras de gran resultado. Por desgracia para para algunas personas no es nada fácil pedir disculpas.

Muchas veces pensamos que el hecho de pedir disculpas significa que tenemos miedo, que parecemos demasiado débiles o que aceptamos que hemos cometido un error. Pero debemos saber que reconocer que algo está mal es una prueba de fuerza y madurez, además de quitarse un peso de encima y sentirnos mejor interiormente.

Las disculpas siempre han de ser sinceras, si no es así se dejará un sabor amargo entre ambos, después del arrepentimiento hay que hacer ver que realmente se siente arrepentimiento.

Las disculpas tienen que hacerse rápidamente después del error y sin buscar justificaciones y ni excusas que lo puedan estropear. Si se deja pasar mucho tiempo, esto puede causar más rabia a la otra persona. El momento adecuado para pedir disculpas es en el momento que se está más relajado, aunque se tenga que tomar un poco de aire y volver sólo para pedirlas.

El impulso de disculparse debe de ser siempre con culpa real, aunque a veces sucede, especialmente en las parejas, que se pide perdón sólo para cerrar y apartar el tema y estar tranquilos.

Lo importante ya lo hemos comentado antes, es mostrar que las disculpas sean sinceras a través de acciones presentes y futuras.

Las excusas se pueden emplear únicamente cuando justifiquen la necesidad real de desarrollarse debido a un comportamiento, pero no hay nunca que exagerar: La dialéctica excesiva en defenderse cuando están enfadados con nosotros puede hacer el efecto contrario y dar lugar a una nueva discursion.

En Liruch nos gustan que las cosas se hagan desde el corazón y siempre con la mayor sinceridad, por que sólo así podemos llegar muy lejos, sobretodo con las personas que podamos conocer aquí.