El refranero en lengua castellana es rico en referencias al tema, y por lo general señalan que amigos de verdad hay pocos en la vida. Expresiones como “puedo contarlos con los dedos de una mano” señalan la dificultad, no solo de crear nuevas amistades, sino de sostenerlos a lo largo del tiempo.

A la hora de entender por qué, a partir de una determinada edad, no sabéis cómo hacer nuevos amigos o mantener los que ya tenéis, es importante destacar que se conjugan dos factores principales, uno de carácter vital y otro relacionado con la sociedad en la que vivimos.

Si bien durante la adolescencia y la juventud multiplicamos nuestras salidas y, con ello, nuestro ámbito de relaciones, a partir de la treintena tendemos a buscar más estabilidad y a priorizar la calidad sobre la cantidad. Es entonces cuando mucha gente decide dar el paso de vivir en pareja o tener hijos y, por tanto, pasa a tener menos tiempo disponible y a concentrarlo en sus prioridades, lo que hace más difícil crear nuevas amistades.

Pero, por otra parte, hay un factor relacionado con nuestro crecimiento vital. Así como en el pasado era bastante común que una persona mantuviese un círculo cercano más o menos estable durante toda su vida, lo que sucede hoy es que, además de las circunstancias relacionadas con la edad, es bastante habitual que en determinados momentos enfoquéis vuestro interés a cuestiones nuevas, que vuestros amigos cambien también de intereses o que dejéis de lado vínculos que consideráis obsoletos y que ya no os ayudan a ser vosotros mismos porque veis la vida de forma diferente.

El problema está en que cuando nos hacemos mayores, podemos encontrarnos ante un proceso de cambios (una separación, por ejemplo), y nos damos cuenta de que no tenemos con quién tomar un café el fin de semana. No sabemos cómo empezar nuevas relaciones de amistad porque ya no nos apetece ir a una discoteca o, como decían nuestros mayores años atrás, “al baile”.

Si es vuestro caso, evalúen qué intereses tenéis y si hay algo que os gustaría hacer o experimentar con lo que no os atreviste en el pasado. Sé que resulta obvio, pero una forma de conocer nuevos amigos es apuntarse a algún grupo o asociación relacionadas con algo que nos guste. Independientemente de las personas que podáis conocer, emplear vuestro tiempo libre ya es el primer paso para romper con la sensación de soledad.

Además, las nuevas tecnologías, especialmente internet, son una opción interesante si no sabéis cómo hacer nuevos amigos, pero siempre que tengáis claros los siguientes conceptos:

  • Acotar claramente qué es lo que queréis en un principio, para evitar malos entendidos que se dan con más frecuencia en las relaciones que empiezan de forma telemática.
  • Si lo que se buscáis es solo amistad, dejad pasar un tiempo prudencial antes del primer encuentro personal.
  • Aunque es una ayuda para crear nuevas amistades, recordad que internet no es sustitutivo del cara a cara en vivo y en directo.

Si planteáis la vida como un ejercicio constante de evolución con diferentes fases, os va a resultar más fácil sobreponeros a aquellas épocas en las que no os relacionáis con tantas personas, resultarán menos traumáticas porque no les daréis importancia, y decidiréis cuándo y cómo cambiar la situación.