Culpamos a la falta de experiencia, de emoción o falta de fuego, pero ¿ su forma de hacerte el amor te deja insatisfecha?. Antes de que se acostumbre a esa forma de hacerlo, no dejes que te gane la timidez y toma las riendas del juego. Uno lo hace por si mismo, pero está claro que también para el otro, recuerda: un buen entendimiento en la cama es un factor esencial para la pareja.

Si va directo al grano puede que sea un egoísta. A estas alturas todo el mundo sabe que a las mujeres les gusta besar y acariciar. Es importante actuar antes de que sea demasiado tarde para arreglarlo, las palabras no son necesarias, hay que actuar: propón el “juego del espejo”: refleja vuestra imagen, y acarícialo con la misma intensidad y la pasión que él utilizaría, él hará lo mismo y comprenderá de inmediato.

Después de hacer el amor, se duerme. ¿Es uno de los que caen en hibernación después de los trabajos dulces de amor? No es un insensible, que no te preocupes!, la culpa es de la serotonina, un neurotransmisor que induce al hombre de la tranquilidad después del placer. Trata de mantenerlo despierto lo suficiente: después de una fase de reposo corta volverá a estar en forma.

¿Convertido en un salvaje? Algunos de los hombres se transforman en la cama, pierden toda moderación y respeto, se vuelven violentos en sus gestos y palabras. El que se comporta de esta manera puede que sea sexualmente inmaduro, a no ser que sea consentido. Trata de enseñar que el sexo es un intercambio de amor y afecto, así como las sensaciones físicas. Si no le gusta tu estilo díselo, debería intentar cambiar.

¿Siempre quiere hacerlo en la misma posición? Puede ser un hombre dulce, sensible e inteligente, pero con poca imaginación, es posible que tenga temores de un rendimiento decepcionante por el cambio de hábitos. Tranquilízalo, dile que es un amante con todos los adornos, así se verá obligado a probar otras posiciones y se desbloqueará.