Buenos días chicas os voy a contar una historia que me pasó cuando yo era una menor de edad. No fue una historia muy larga pero fue muy intensa. Y esa relación fue con mi ginecólogo el que conocía todas mis partes íntimas de mi cuerpo. Para mí fue una etapa de mi vida en la que sucedieron momentos que son muy especiales. Son momentos únicos e inolvidables.
La historia comienza así…
Eran las 8 de la mañana y tenía cita con mi ginecólogo. Miginecólogo era un hombre muy apuesto y bastante joven la verdad. Tenía un cabello rubio, corto con las puntas del pelo hacia arriba. Su mirada enamoraba, tenía unos ojos preciosos eran de color gris azulado. Sus labios eran carnosos. Era de estatura alta y complexión fuerte. Yo siempre le veía con una bata blanca mientras estábamos en la consulta. Mi primera vez con él fue muy especial yo era una chica joven aun no tenía dieciocho años, sino que era menor de edad. Él me dijo que me sentara en la camilla para examinar mi útero porque me iba a recetar unas pastillas para la regla y tenía que saber cuáles eran las adecuadas para mí. Lo primero que hice fue quitarme la parte de abajo. Y quedar mi parte intima al descubierto. Yo me puse muy nerviosa y él me dijo que me tranquilizara porque si no podría examinarme y me iba hacer daño. Entonces Daniel que era el nombre de mi ginecólogo me empezó a acariciar el clítoris para que me relajara. No solo me relaje si no que me gusto lo que me estaba haciendo. Me estaba poniendo ‘‘cachonda’’, es decir, al acariciar mi clítoris me estaba excitando y él lo estaba notando entonces cogió uno de sus dedos se lo chupo y empezó a meterme el dedo dentro de mi vagina. Yo no sabía dónde meterme de la situación que había en ese momento. Del placer que me estaba dando tarde muy poco y salió el flujo de mi vagina.
Termino de examinarme y me receto las pastillas que necesitaba. Después de ese incidente yo cambie de ginecólogo me daba vergüenza volver a verle. Pasaron unos años y yo era una mujer casada. Me tuvieron que operar de los ovarios porque tuve un problema. Y me dieron cita con el mismo ginecólogo yo sabía que había pasado entre nosotros y él también lo sabía. Volver a vivir la misma situación me excitaba mucho. Y así comenzó mi día de revisión.
La relación con mi ginecólogo siempre había sido un poco especial, aunque hacía tiempo que no nos veíamos de la vergüenza que me dio aquel día.
Desde el primer momento en el que entre en la consulta me di cuenta que le gustaba y le atraía como mujer, ya me lo insinuó aquella vez hace muchos años cuando yo aún era menor, pero de todas formas eso es algo que las mujeres notamos enseguida en los hombres. Porque sabemos cuándo les atraemos.
Hacía dos meses que me habían operado de los ovarios y me tocaba revisión con el ginecólogo para ver cómo seguía de la misma.
El ginecólogo, me parecía un hombre interesante y tenía para mí, como sucede con todas las mujeres, pienso, el atractivo de su timidez y ello con independencia de la relación de toda mujer con su doctor de por si especial al ser un hombre que conoce todas nuestras intimidades, aunque llevaba mucho tiempo sin verle me seguía atrayendo y yo a él también porque se le veía en su mirada.
Esta vez me tuve que desnudar entera ya que tenía que hacerme una exploración y era de la más íntima de todas. Aquella vez, mi primera y única vez con él tuve una fantasía de hacer el amor con él. Después de cambiarme de ginecólogo soñaba que hacia el amor con mi ginecólogo. Nunca me atreví a volver a verle hasta que me paso lo de mi operación. Era el doctor que me había asignado y me lo pensé mucho. Pero sabía que las cosas que se empiezan hay que acabarlas.
En aquella ocasión al llamarle para la cita, diciéndole que me venía bien que fuera cuanto antes y a ser posible ese mismo día, me dio cita para última hora de la mañana.
Al llegar a la consulta sólo estaba otra mujer delante de mí por lo que supuse que yo era la última de aquella mañana. Mientras esperaba a que llegara mi turno se me ocurrió una idea para hacer que no estuviese incomoda ya que pase por una situación hacia unos años con él.
Al cabo de un rato de estar sola esperando, pues la mujer que estaba antes que yo ya hacía rato que había entrado, llegó la enfermera y me indicó que podía pasar. Entré en el despacho y él se levantó de su mesa y se acercó a saludarme, dándome un beso en
la mejilla, a continuación se volvió a sentar en el sillón detrás de la mesa y yo en el de delante y comenzamos con lo típico, preguntándome cómo estaba, si sentía alguna molestia, etc., una vez habíamos terminado con los preliminares,
le dije:
“Daniel, además de la visita por la operación, quería consultarte otra cosa”
“Tú dirás”
“Pues verás, yo soy una mujer sexualmente muy activa, me encanta el sexo y los juegos sexuales, mi marido y yo formamos una pareja muy liberal en ese aspecto y practicamos toda serie de juegos sexuales, incluidos los intercambios de pareja, además, ambos nos hemos dado libertad para practicar sexo con otros y ambos lo hacemos regularmente. Mi pregunta es si el ser promiscua sexualmente hablando me puede perjudicar en algún sentido, teniendo en cuenta la operación que me han hecho, es decir, que si puedo hacer todo lo que te dicho”
Bueno chicas este ha sido el primer capítulo de hoy es una situación bastante excitante pero no os preocupéis que hay un segundo capítulo que espero que os guste igual que este. Un placer contaros mi vida. Ser felices y ya sabéis hacer lo que os apetezca.