Las chicas lloramos más que los hombres, con una media de 5,3 veces al mes frente al 1,3. También parece que somos capaces de hacerlo de forma continua durante 5-6 minutos, mientras que el hombre promedio no supera los 2/3 minutos. 

A pesar de varios estudios llevado a cabo en este sentido aún no han descubierto las razones de la base de este fenómeno, una dificultad adicional es el hecho de que esto sucede en todo tipo de situaciones: cuando los ambos estamos en la cúspide de la felicidad, cuando estamos abrumados por la tristeza y también como resultado de dolor físico o psicológico.

Lo que es seguro es el “buen efecto” causado por las lágrimas, que finalmente hará sentirnos siempre un poco mejor, y por ello es por lo que se dice que el llanto es bueno. Mientras lloramos, de hecho, el cuerpo libera dos tipos de hormonas, los opiáceos y la oxitocina, consideradas “calmantes naturales”, lo que nos ayuda a ser capaces de percibir el dolor con menos intensidad. 

Al igual que con el ejercicio físico, el cual es útil para el buen funcionamiento del organismo, el llanto tiene el efecto principal de devolver a la mente un poco de tranquilidad, pero ¿qué otras consecuencias, positivas o no, traer las lágrimas?

Una buena salida para las emociones: No es casualidad que el término “catarsis” signifique “purificación”, en algunos casos, no hay nada mejor que un buen llanto teniendo en cuenta sus capacidades de “anestesia”, las lágrimas ayudan a aliviar el dolor con una función de curación.

No contenas las lágrimas: Según los expertos contener las lágrimas es potencialmente perjudicial para su salud, ya que no permite que el cuerpo se deshaga de las ansiedades y tensiones que causan, en el largo plazo, su concentración es peligrosa.

Cuidado con la gastritis: Las tensiones viajan directamente de la mente para el estómago, con el riesgo de causar gastritis y dolor intestinal.

Mejora el estado de ánimo: La capacidad de deshacerse de los pensamientos y emociones negativas, dan como resultados liberar todo lo que obstaculiza el buen estado de ánimo, favoreciendo el equilibrio emocional.

Hacen bien a la vista: Los llantos permiten mantener húmedas y lubricar las membranas mucosas de los ojos, evitando la deshidratación y mejorando la salud visual.
Mejora el sistema inmunológico: Tal como la saliva, las lágrimas también contienen una enzima que se utiliza para combatir las actividades bacterianas, despertando al mismo tiempo el sistema inmunológico.

Reduce los niveles de toxinas: Al igual que después de una fuerte sudoración, las lágrimas ayudan a eliminar el exceso de toxinas en el cuerpo. Varios estudios han observado cómo las lágrimas liberadas por una intensa emoción contienen altos niveles de hormonas producidas por el estrés, tales como la prolactina y manganeso presente en altas concentraciones en el cerebro de las personas con depresión.

Facilita la empatía y la intimidad: Es un mecanismo inconsciente, cuando lloramos comunicamos a los que están cerca una señal de ayuda, recibiendo una respuesta de compasión, lo que genera una empatía inmediata.

Ayuda a comprender sentimientos: Por lo general llorar por algo o alguien son un buen indicador de nuestra escala de valores.