Las infecciones transmitidas por alimentos en verano están a la orden del día, debemos prestar especial atención a los alimentos mal conservados y a los alimentos y bebidas vencidas de fecha.

Vamos a ver algunas recomendaciones:

Si comemos en un restaurante debemos tener cuidado con los alimentos que deben mantenerse en frío y sin embargo lo conservan a temperatura ambiente, especialmente si están elaborados con cremas, mayonesas, salsas o huevos.

Si compramos algún paquete congelado debemos observar que no haya escarcha en el exterior del mismo, es una indicación de la falta de mantenimiento.

Debemos evitar comprar agua embotellada o refrescos que estén bajo los rayos del sol directo, recuerda que incluso las bebidas tienen un plazo máximo para consumir que siempre debe ser controlado.

No debemos comprar pescado y frutos del mar como mejillones y almejas de origen dudoso, sólo debemos hacerlo si están contenidos en un paquete sellado y envuelto en una red de plástico con una etiqueta que indique el peso, origen y madurez de los mariscos. Recuerda que los mariscos se puede almacenar durante un máximo de cuatro días a una temperatura de 6°C.

Prestar especial atención a las vitrinas de los restaurante o bares, si estas presentan pedazos de hielo más grandes, puede ser un síntoma claro de una interrupción de la cadena de frío.

El verano no es una buena estación del año para comprar productos perecederos en puestos ambulantes de la ciudad sin su conservación adecuada.