Así mismo, una forma de fomentar este “poder” es a ayudando a los demás. Si somos capaces de escuchar a nuestra gente cercana con cualquiera de sus problemas, e intentar en ayudarlos para solucionarlos, seguro que después no sentimos mejor con nosotros mismos. Esto hará supondrá un chute de autoestima bestial ya que nos habremos convertido en mejores personas. Además, si tú haces un favor a alguien, seguro que después ese amigo te lo devuelve cuando lo necesites. ¡Aquí sale ganando todo el mundo!
Si por el lado contrario solo propiciamos la negatividad, ten por seguro que esto os deparará más negatividad. De nada sirve quedarse en la cama lamentándose y cayendo en la autocompasión (al menos a largo plazo) ante cualquier adversidad. Este será un momento para “coger el toro por los cuernos” y afrontar la realidad tal y como viene. Cuando lo consigas, seguro que le ves el lado positivo a lo ocurrido. Y es que ya lo decía un proverbio chino que dictaba lo siguiente: “cada siete veces que te caigas, levántate ocho”.
Dejemonos de lamentaciones y vayamos a comernos el mundo, todo puede parecer difícil, la vuelta al trabajo es horrorosa, las relaciones sentimentales no siempre salen como esperamos pero.. ¿eso debe hundirnos? No, no y no!!!