¡Ojalá siempre el amor mantuviera la magia y belleza de los primeros días! Esos, donde cientos de mariposas revolotean en vuestros estómagos, y todo eran corazones y dulzura. Pero lo cierto es que, después de esa etapa inicial de “enamoramiento”, viene la rutina y en muchos casos, también el desencanto. Aquí es cuando surgen las crisis, y el romanticismo que solía caracterizar vuestros momentos, se ralentiza.

Suena desolador, pero no lo es. En muchos casos, tras este desencanto inicial, viene un amor más profundo y real que el de aquella suerte de “luna de miel”. Ésta es la consolidación de una relación sana: ahora cuentan con una base sólida para construir un futuro en común. Sin embargo, hay otras historias que -llegado este punto- no dan para escribir nuevos capítulos.

¿Cómo saber en qué situación estáis vosotras? ¿Lo que sentís ahora por vuestras parejas sigue llamándose “estar enamorada”?

Señales de que debéis replantear vuestra relación

1. La paciencia se agota

Si vuestra pareja os solía hacer reír a carcajadas con sus graciosas ocurrencias, pero ahora no toleráis lo que consideráis “payasadas”, es señal de que el encantamiento ha menguado y quizás él ya no sea vuestro perfecto complemento.

2. Os aburrís junto a él

Antes, contabais los días y las horas que faltaban para volverlo a ver. Hoy, estar juntos más parece una obligación que un deseo genuino, e incluso deseáis que el tiempo pase rápido para volver a la comodidad de vuestros hogares. ¿Os suena conocido? ¡Pues mala señal ahí, eh!

3. El trabajo y los amigos ganan terreno

Al estar enamorada, la prioridad pasa a ser el dueño de ese afecto. Os hacéis el tiempo para verle, sin importar cuán ocupadas estéis y los amigos quedan en segundo plano. Sin embargo, cuando ese fuego se va extinguiendo, una escapada con los colegas o adelantar el trabajo del próximo mes parecen tareas mucho más llamativas que pasar un momento junto a él.

4. Centráis la atención en vosotras mismas

Si la pasión se acabó y en su lugar no quedó amor, es usual que volváis a centraros en vuestro propio bienestar y no en el suyo. Cuando una ama, siempre desea que “esa persona” esté bien por sobre todo, incluso por encima de una misma. Si este sentimiento no está presente, os importará un pepino cuáles son los sueños o deseos que él tiene (y sobra decir que verle o no os dará lo mismo).

Señales de que sí estáis pasando al “siguiente nivel”

Contrario a lo antes expuesto, cuando un amor es sólido y está cruzando a la etapa que viene -es decir, la consolidación- quizás ya no os sentís como flotando entre nubes, pero sí tenéis clarísimo que la persona que os acompaña es un pilar esencial en vuestras vidas. Un compañero, un amigo de cuya compañía disfrutáis sinceramente. No os aburrís con él y los silencios no se hacen densos. Su bienestar integral es una de vuestras principales preocupaciones y estáis preparadas para afrontar no solamente lo bueno, sino también lo malo de la vida junto a él. Si es así, ¡no os preocupéis de que la magia haya menguado!; solo ha pasado al siguiente nivel. Y eso, queridas amigas, ¡sí es estar enamorada!

Y bien, ahora cuéntenos: ¿vuestro amor resistió la prueba del tiempo?