Ya estamos aquí de nuevo como casi cada día (cuando las horas nos llegan claro) y hablando de horas que no llegan y de días que no alcanzan llegamos al tema del que vamos a hablar hoy.
Al despertar (porque a mí todas mis ideas me llegan al despertar) me di cuenta de que ya hemos hablado de muchísimas cosas.
De comidas afrodisíacas, de sexo, de parejas, de familia, de parejas con hijos, de amistad, pero no hemos hablado de algo que es mucho más importante que eso. Algo necesario para poder disfrutar de la familia, de la amistad y aguantar a los hijos de nuestra pareja: una vida equilibrada.
Hoy vamos a hablar sobre la conciliación entre la vida laboral y la personal, que personalmente creo, aunque es muy difícil, sí es posible.
En un principio nos quedábamos en la cueva mientras el hombre cazaba, luego en casa mientras el hombre iba a la fábrica o al bar, y en algunos casos hoy en día se sigue haciendo lo mismo (en cuanto al bar me refiero) pero gracias a dios no tan a menudo como antes.
Hace mucho tiempo, cuando la segunda guerra mundial surgió y los hombres fueron al campo de batalla, la mano de hombre fue necesaria, y como los perros no tienen manos pues se acordaron de nosotras y por fin se dieron cuenta de que éramos tan capaces como ellos, y nos dejaron trabajar.
Desde entonces ya no ha habido quien nos saque del increíble mundo laboral. El único problema es que aunque nosotras sí nos hemos incorporado al mundo laboral, al hombre le ha costado un poco más eso de incorporarse a la vida doméstica, así que aunque las cosas van progresando poco a poco, y el hombre poco a poco va avanzando (aunque hay excepciones, que no quiero que luego me tachéis de feminista radical de ésas) al final nuestras responsabilidades han aumentado hasta el punto de que casi siempre es imposible compaginarlo con una vida sana y feliz.
Para esto pondré algunos ejemplos de vidas comunes (o no tan comunes) para poder alcanzar si no a todas, al menos sí a la gran mayoría de nosotras:
1. Mujer soltera, trabajadora, viviendo con sus padres: Si no podéis compaginar esto con una vida normal, entonces es que la vida laboral no esta echa para vosotras, es tan sencillo como perder algunas horas de ocio a cambio de mejorar las que quedan, porque en casa lo sigues encontrando todo, y además cuando sales te encuentras con que tu vida económica a aumentado, hasta puntos a los que no estabas acostumbradas, esta es sin duda la mejor de las situaciones de vida laboral a la que se enfrenta una mujer.
2. Mujer trabajadora, estudiante, viviendo con sus padres. Aquí si se empieza a notar que la vida social baja si no se tiene un poco de cuidado, sobre todo si los estudios siguen importando, lo mejor para estos casos, es acudir a todas las clases, prestar la máxima atención posible, para reducir las horas de estudio posteriores al mínimo, acudir al trabajo (al ser posible y como se vive con los padres) a media jornada y aprovechar el tiempo libre que queda, para hacer una vida social con normalidad. Es un poco más complicado que la anterior pero con una rutina de estudio un poco estricta y sin distraerse con una mosca es posible.
3. Mujer viviendo sola, trabajando, estudiando: Este es como un nivel superior de lo anterior, ahora ya no vale el trabajar a media jornada, por eso de que iberdrola no perdona y que normalmente el casero desahucia, a si que hay que contar con 8 horas de trabajo 5 días a la semana, también con 6 horas de estudio los mismos días, por lo que estaremos ocupadas queramos o no 12 horas al día, la OMS recomienda dormir 8,pues bien yo recomiendo bajar esa cantidad a 7, así nos seguirán quedando cinco horas libres para poder limpiar la casa por encima (ya abra tiempo para limpiezas a fondo el fin de semana) y aun nos quedan 4 horas de ocio, para poder invertir en las cosas que más nos gusten, recomiendo para no volverse un ser ermitaño pasar al menos una de estas entre más gente y en la calle, para sentir al principio del día que hay un momento en el que te puedes relajar.
4. Mujer casada y con hijos: Bueno, esto depende mucho del tiempo que trabaje la pareja, si el esta a media jornada y tu también, a lo mejor se puede compaginar para poder disfrutar del pequeño y ademas aprovechar el fin de semana para salir solos con ayuda de una canguro, o salir solos por turnos, lo mejor es sentarse y hablar de como se va a aprovechar el tiempo de ocio de manera que las obligaciones como madre, ama de casa, y mujer trabajadora no nos lleve a un estrés que a la larga va a ser malo para la relación y para el pequeño.
5. Mujer divorciada soltera/con hijos: Decir que en este caso hay ayuda a disposición de la mujer, el padre tiene que compartir los gastos no solo de manutención sino de cuidado de el/los pequeño/s. Lo mejor para este caso es contar con alguien de confianza para las horas que se esta fuera de casa, enseñar al menos que puede ayudar en casa, para aprovechar el tiempo de limpieza para estar juntos, y por lo menos una vez a la semana, dejar al pequeño al cuidado de la persona de confianza y en lugar de ir a trabajar salir y vivir, pasar una tarde con las amigas, disfrutar de la vida, que aun divorciadas y con hijos seguís teniendo.
Al final y con todos estos casos, quiero dejar claro que la relación ocio/trabajo es posible, si sabemos organizarnos de modo que el tiempo de trabajo sea de trabajo, ser eficiente, el tiempo de estudio es de concentración absoluta, el tiempo de estar con los niños es solo para los menores y el tiempo de disfrutar, es solo para disfrutar.