Pintarse las uñas correctamente debería ser un arte. Es usual que a veces el esmalte caiga donde no debe y arruine la apariencia que deseáis dar a vuestras manos. Sin embargo, ¡no os preocupéis, ya que no es misión imposible! Para adquirir la pericia necesaria, solo se requiere constancia, buen gusto y un par de tips.
¿Cómo pintarse las uñas y no morir en el intento?
1. Vaselina
El primer paso para lograr un acabado perfecto es el delineado. Para ello, debéis hacerlo con un hisopo y frotar con vaselina las cutículas y el marco de la uña. Este secreto evitará que la pintura se desparrame por vuestros dedos y el resultado final de la obra de arte sea un desorden digno de Picasso. En caso de que toque la uña por error, limpien con alcohol a fin de que no obstaculice el teñido.
¿No os lo imaginabais? La vaselina tiene muchos usos en materia de belleza.
2. Escoger un esmalte de buena calidad y secado rápido
Para que el esmaltado sea durable y cero faltas, es preciso utilizar productos de excelencia. El principal problema al pintarse las uñas con resultados desastrosos es que el esmalte no seca con rapidez y, por ende, deja vuestras manos vulnerables por más tiempo. Cualquier mínimo movimiento podría “picar” el trabajo. Para ello, es recomendable elegir bien: O·P·I, Yves Saint Laurent, Chanel y Dior ofrecen lacas de ensueño, con colores divinos y que secan en cuestión de minutos. Lo mejor de todo es que os aseguráis que el resultado se mantenga, gracias a la indiscutible calidad de estas marcas.
Mientras aplicáis color a vuestras uñas, también es importante pasar el pincel por el borde superior de éstas. Así, quedarán selladas y será más difícil que se piquen o astillen, con lo cual mantendrán su apariencia encantadora por mucho tiempo.
3. Acelerar el secado
Si no habéis tenido la suerte de haceros con alguna de las marcas antes mencionadas, existe un truco casero para acelerar el proceso de secado. Sólo debéis sumergir vuestras uñas en un bol con agua y hielo, lo cual ayudará a que la pintura se fije y no escurra.
4. Limpiar los excesos
Por más cuidado que hayáis puesto en el delineado, siempre puede ocurrir algún pequeño accidente que haga que vuestro arte se desborde. Si eso os ocurre, no desesperéis, que existen soluciones. Retirad bien la vaselina que aún yace en el marco de la uña, con ayuda de un jabón neutro y luego un toque de crema. De esta forma, los excesos se deslizan y vuestro trabajo queda libre de manchas.
5. Sellar con brillo
Una vez que el esmaltado ya esté seco, siempre es recomendable aplicar una nueva capa de esmalte transparente o brillo, para sellar el trabajo. Esto vendría siendo como el barniz que se aplica sobre un cuadro recién pintado, para darle realce y protección. Nuevamente, será importante escoger un producto idóneo, de rápido secado y reconocida calidad. Así la obra final no se arruinará.
Como veis, aunque el esmaltado de uñas es un trabajo que no cabe menospreciar -dado que requiere una gran inversión de tiempo y pericia- la tarea puede ser bastante fácil y entretenida si se cuenta con los productos correctos y se respeta el paso a paso. Los resultados serán duraderos y no tendrán nada que envidiar a los de salón. La única diferencia es que ¡os ahorrareis de acudir a la manicura!
Y bien, ¿os animáis a intentar? ¿Hay algún tip de belleza que nos queráis compartir?