El estrés de nuestro trabajo, los estudios, la casa, tu pareja o de otras preocupaciones, no te da un minuto de paz y sientes que vives en un estado de alerta las 24 horas del día. Una enfermedad que no sólo hace infelices a las personas, sino que amenaza seriamente tu salud. Aprende a encontrar la paz que tanto necesitas.

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Si últimamente no duermes mucho ni bien, te levantas con un cansancio inexplicable que continúa el resto del día, sientes dolores que no logran hallar una explicación médica en puntos como la cabeza o la columna, comes de manera desordenada y rematas con desórdenes estomacales como colon irritable, es muy posible que estés enfrentando episodios de estrés.

Cuando se habla de conceptos como estrés o ansiedad, tienden a asociarse con personas muy ocupadas, que deben responder a exigencias permanentes a nivel laboral y personal, pero lo cierto es que no importa si se trata de un niño, un ama de casa, un piloto de guerra o un sacerdote, todos los seres humanos pueden desarrollar niveles elevados de estrés en un momento dado.

negatividad

Reacciones como la ansiedad o el estrés son respuestas adaptativas normales del organismo para defendernos de aquello que puede causarnos daño, es el ‘sistema de alarma’. “Si voy manejando y se me atraviesa un carro lo normal es que yo me agite y reaccione con un grito, o un insulto y que mis músculos respondan para frenar en seco. Cuando esa ansiedad deja de ser adaptativa y funcional y no se limita a situaciones donde existe un peligro real es cuando la gente se ve afectada”.

Empieza entonces a producirse ansiedad por llegar al trabajo, por hablar con el jefe, por parquear el carro en el supermercado, por llegar a la casa. El cuerpo comienza a emplear mal todos los recursos y la energía que debería utilizar el organismo para el buen funcionamiento del sistema inmune, cardiovascular, gastrointestinal y se desperdician como si se fueran por un sifón, debido al trastorno de ansiedad o estrés del paciente, que anda todo el día con el sistema de alarma activado.

Todo se soluciona con…  positividad!!!

Así mismo, una forma de fomentar este “poder” es a ayudando a los demás. Si somos capaces de escuchar a nuestra gente cercana con cualquiera de sus problemas, e intentar en ayudarlos para solucionarlos, seguro que después no sentimos mejor con nosotros mismos. Esto hará supondrá un chute de autoestima bestial ya que nos habremos convertido en mejores personas. Además, si tú haces un favor a alguien, seguro que después ese amigo te lo devuelve cuando lo necesites. ¡Aquí sale ganando todo el mundo!

 

Si por el lado contrario solo propiciamos la negatividad, ten por seguro que esto os deparará más negatividad. De nada sirve quedarse en la cama lamentándose y cayendo en la autocompasión (al menos a largo plazo) ante cualquier adversidad. Este será un momento para “coger el toro por los cuernos” y afrontar la realidad tal y como viene. Cuando lo consigas, seguro que le ves el lado positivo a lo ocurrido. Y es que ya lo decía un proverbio chino que dictaba lo siguiente: “cada siete veces que te caigas, levántate ocho”.

 

posi

 

Dejemonos de lamentaciones y vayamos a comernos el mundo, todo puede parecer difícil, la vuelta al trabajo es horrorosa, las relaciones sentimentales no siempre salen como esperamos pero.. ¿eso debe hundirnos? No, no y no!!!